Te fuiste, madre amada,
a un lugar bendito,
al tranquilo mar de la nada,
al nunca visto
aquel que nos espera,
tras el cruce inevitable
de la última frontera...
Te fuiste, madre querida,
de esta vida, satisfecha,
con tu misión cumplida
del largo camino recorrido
por todo lo soñado,
por todo lo vivido...
Te fuiste, estoy seguro,
cuando mejor estabas,
con tu espíritu alegre;
porque nada recordabas,
tu memoria, se apagó,
toda una vida pasada,
y en el tiempo se perdió...
Te nos fuiste pero...
"te has quedado latiendo
en nuestras vidas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario