Vienes a mí, jeringa en mano,
atravesando la espesura de la noche,
cuando hasta el aire se aquieta,
y el cuerpo se entrega a su descanso.
apenas me doy cuenta de la realidad,
en la sorda exasperación del lecho,
inyectas bajo la piel la medicina dichosa.
pongo el libro a un lado y cierro los ojos.
es simplemente una inyección caprichosa.
José Plou 08/11/2010
atravesando la espesura de la noche,
cuando hasta el aire se aquieta,
y el cuerpo se entrega a su descanso.
apenas me doy cuenta de la realidad,
en la sorda exasperación del lecho,
inyectas bajo la piel la medicina dichosa.
pongo el libro a un lado y cierro los ojos.
es simplemente una inyección caprichosa.
José Plou 08/11/2010
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