Es el código del terror
que regula nuestra suerte,
tiene sentencia de muerte
contra el delito de amor.
Triste verdad que arrebata
y destruye cuanto alienta!
¡el rayo en la tormenta
no se siente hasta que mata!
Todo es muerte alrededor;
toda la calle se anega,
y todo el mundo navega
en mares de dolor!
La madre desesperada
llora al hijo herido;
y la pérdida del marido
la mujer enamorada.
Cuando volvemos los ojos
hallamos cuerpos tendidos,
velas y altares perdidos
entre montones de flores;
mudos y yertos despojos
Si por este acto villano
todo se derrumba,
vertamos sobre la tumba
las lágrimas del pesar,
Ondeen banderas de luto
ante el dolor que me hiere,
y que el recuerdo impere,
con un amor impoluto.
demostrando a la gente ingrata,
que, aun cuando todo lo mata,
hay algo que nunca muere.
J. Plou
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